7/5/09

EL LEGADO DE RAÚL: pensamientos y escritura


Raúl Ricardo Alfonsín fue uno de los pocos políticos que dejó impresas en letras de molde sus ideas y las fue alimentando con el paso de los años, antes y después de haber ejercido la presidencia de la República.
La consulta a la Biblioteca Nacional de Maestros permite conocer que su nombre es mencionado en, al menos, 62 libros. Se trata de volúmenes sobre Historia, Política y hasta Sociología.
Algunos de los libros que lo tienen por autor son:
“Ahora mi propuesta política”
“La cuestión Argentina”
“¿Qué es el radicalismo?”
“Fundamentos de la república democrática”
“Democracia y disenso”
“El poder de la democracia”
Tras la crisis que puso en riesgo no solo a su gobierno sino a la democracia, Alfonsín preparó textos en los que pretendía –se entiende- ofrecer “letra” a la militancia y respuestas a la sociedad en torno a hechos, actitudes y momentos que lo tenían como protagonista central. Allí fueron editados los libros:
“¿Por qué, doctor Alfonsín?” (1987).
“El caso argentino. Conversaciones con Raúl Alfonsín” (1988)
“Alfonsín responde” (1992).
“La reforma constitucional de 1994”.
"Una batalla contra la dictadura" (1986)
"Mensaje presidencial a la Asamblea Legislativa"
"Discurso de Parque Norte" .
“Memoria política, transición a la democracia” fue editado por el Fondo de Cultura Económica con prólogo de un viejo socialista (ya fallecido) que lo acompañó mientras pudo: Juan Carlos Portantiero.
El distinguido prologuista calificó a los últimos escritos de Alfonsín como “un capítulo de la historia”.
“Bienvenida –escribió Portantiero- sea la presencia de la primera persona en los relatos de historia política. Y de ningún modo porque el hecho de partir de la subjetividad del protagonista nos garantice la posesión de la verdad sobre los sucesos que narra, sino porque ese sesgo personal de los recuerdos puede permitir a quien busque reconstruir un momento histórico conocer también la forma en que un actor principal vivió los hechos, saber qué fuerzas o qué razones (o ambas) estuvieron detrás de sus decisiones. Conocer, en fin, las tramas más finas de un proceso incorporando el habla de quien, de otra forma, sólo es hablado por la Historia”.
Estas páginas escritas quedaron como testimonio de una época.
Hubo marchas y contramarchas. Pero el responsable de una porción importante de la historia argentina no dejó al arbitrio de intérpretes sus cambios de posición: escribió, discutió, intentó explicar y justificar.
Todo este material representa uno de los últimos intentos por sostener ideas políticas en un mundo que parece aborrecerlas, pero que las sabe necesarias.

( De la edición impresa de EL LUCEROO, mayo de 2009)

2 comentarios:

  1. Sigo opinando que fue un gran democrata, al que debemos el haber instalado la HOY MAL LLAMADA "Democracia" en nuestro pais. Lamentable, pero ya no existen politicos asi, solo nos quedan aquellos, a los que solo sus intereses personales, los llevan a ejercer cargos publicos, sin importarles el bien ciudadano.
    ETELVINA

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  2. Gracias, amiga, Don Raúl fue nuestro vecino, nunca dejó de serlo a pesar de ocupar el cargo más importante de nuestra patria.

    Los que lo leìmos lo comprendimos.
    Por eso estamos esperanzados en que nuestros jóvenes aspirantes a políticos lo lean.
    Su pensamiento apuntaba al bien de la Patria sin banderas políticas.
    Uno poco esa unidad en la diversidas de la que tanto nos habló San Pablo.

    Otro abrazo, amiga, que ilminas nuestras páginas con el sol del Paraguay.

    Eva Lucero de Ortega

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