3/2/12

LEIMOS Y COMPARTIMOS, PADRE HERNÁN


HOMENAJE A UN AMIGO

En mis pagos supo haber

un paisano de mi flor.

Se desvivió pa’ ofrecernos

lo que tuvo... y lo que no.

Era, amigazo, un paisano

que nos ganó el corazón.

Era un paisano de a pie;

sencillo y conversador.

Devoto y muy bien llevado

con nosotros (¿por qué no?)

y a veces su mano abierta

le ganó un reto ‘el patrón

Hubo en mi pago un paisano

que nos dio su corazón.

Siempre la mano tendida

con una sonrisa en flor.

Hubo en mi pago un paisano

sacerdote y trovador.

Hernán le puso su tata

cuando al Registro llegó.

Hernán lo llamamos todos

con cariño y devoción.

Hubo en mi pago un paisano

que regaló el corazón..

Hoy ya bebió el vino nuevo

con Jesucristo el Señor.

Lo estaba el Padre esperando

como al hijo que volvió,

para apretarlo en sus brazos

y brindarle el corazón.

¡Buena persona y buen cura

de aquí hasta la eternidad!,

tus amigos te rezamos

como a un fiel intercesor,

«que siempre es güeno tener

palenque ande irse a rascar»

¡Hasta el día del reencuentro

querido amigo!

en los pagos del Señor.

Néstor Barbarito

poeta del Café del Abrazo Literario

de San Pablo- Buenos Aires


3 comentarios:

  1. Guenazo era nuestro Hernan y juglar del corazón, y nadie mejor que Nestor nos puede dar la opinion, nos sentimos reflejados en todo lo qu encierra el poema
    Mariel Florentino
    Abrazo del CaféLiterario

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  2. Nestor nos ha pintado en su estilo
    un Hernan diferente, de todas las
    maneras y formas, un ser "inolvida-
    ble".
    Hace solo una semana que se fue y a
    mi en la distancia, me parece un
    siglo...! Roguemos al Senior, a fin
    de poder elaborar este duelo tan
    impensado y tan triste.!!!

    ETELVINA

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  3. Solo la poesía de Barbarito, otro poeta querido del Café, pudo reflejar lo que era Hernán desde otra perspectiva. Gracias mi querida Eva por dejar que en tu blog, mis ahijados del café, puedan expresar sus sentimientos, su amor y su desconsuelo por la pérdida de ese ser tan querible que fue Hernán. No teníamos otro lugar. Bendiciones
    Elsa Lorences de Llaneza

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