
1) Si procuramos un encuentro de la gente con la Palabra y un proceso formativo, evitemos dar a entender que el pueblo es una masa ignorante o supersticiosa. Propongamos más bien llevar a plenitud las riquezas espirituales que ya posee.
2) Si criticamos el hedonismo o el inmediatismo, al mismo tiempo mostremos que Jesús ama la felicidad de la gente y ofrece a cada uno vida digna, plena, integral.
3) Si rechazamos las uniones irregulares, reconozcamos también lo dura que es la continencia o la soledad en el mundo de hoy.
4) Si condenamos los populismos, dejemos claro que no estamos poniéndonos del lado de los intereses de las minorías ricas que tuvieron mucho poder en nuestros países.
5) Si ponemos en el centro el encuentro personal con Cristo, no lo hagamos debilitando la centralidad de la misión y de la lucha por la justicia en la identidad del discípulo.
6) S¡ criticamos los espiritualismos e invitamos a un mayor compromiso, no dejemos de valorar una sed espiritual que no encuentra una respuesta atractiva en nuestras propuestas.
7) Si nos duele la pérdida de católicos, mostremos que nos preocupa que se vayan de nuestra casa, más que atacar a quienes los reciben.En síntesis, cuando pretendamos erradicar cosas negativas, reconozcamos las inquietudes legítimas que pueda haber detrás. De otro modo no conseguiremos un efecto positivo y habremos perdido el tiempo. No callemos ni disimulemos nada importante, usemos fuerza y contundencia; pero si queremos llegar al corazón de nuestra gente, cuidemos con suma delicadeza el lenguaje para decirlo.
2) Si criticamos el hedonismo o el inmediatismo, al mismo tiempo mostremos que Jesús ama la felicidad de la gente y ofrece a cada uno vida digna, plena, integral.
3) Si rechazamos las uniones irregulares, reconozcamos también lo dura que es la continencia o la soledad en el mundo de hoy.
4) Si condenamos los populismos, dejemos claro que no estamos poniéndonos del lado de los intereses de las minorías ricas que tuvieron mucho poder en nuestros países.
5) Si ponemos en el centro el encuentro personal con Cristo, no lo hagamos debilitando la centralidad de la misión y de la lucha por la justicia en la identidad del discípulo.
6) S¡ criticamos los espiritualismos e invitamos a un mayor compromiso, no dejemos de valorar una sed espiritual que no encuentra una respuesta atractiva en nuestras propuestas.
7) Si nos duele la pérdida de católicos, mostremos que nos preocupa que se vayan de nuestra casa, más que atacar a quienes los reciben.En síntesis, cuando pretendamos erradicar cosas negativas, reconozcamos las inquietudes legítimas que pueda haber detrás. De otro modo no conseguiremos un efecto positivo y habremos perdido el tiempo. No callemos ni disimulemos nada importante, usemos fuerza y contundencia; pero si queremos llegar al corazón de nuestra gente, cuidemos con suma delicadeza el lenguaje para decirlo.
Esta parte seleccionada del libro sobre el documento para Latinoamérica y el Caribe,en "Aparecida"escrito por el Padre Victor Manuel Fernández,sintetiza lo que todos los cristianos deberíamos defender y poner en práctica: saber escuchar y cuidar el lenguaje con nuestros prójimos más próximos.
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