El próximo Papa
No me molestaría que el próximo Papa venga del último rincón del planeta, hable un solo dialecto y tenga apenas 30 años.
Pero sí me encantaría que el fuego del Espíritu le haya grabado en las entrañas que la humanidad no va a poder salir adelante mientras no libere a todos los pobres, oprimidos y excluidos del mundo, y que, desde la creación hasta el fin del mundo, ésta ha sido, es y será la voluntad de Dios.
Que de su boca no salgan más discursos sobre el amor y la paz que sobre la justicia y la libertad. Que no sea ni fanático ni directivo, que tenga un buen sentido del humor, sea alegre, creativo y audaz.
Que rechace la monarquía, no viva en palacios, tire a las ortigas las últimas elegancias del Imperio de Roma, se vista como los simples mortales y transforme a las embajadas del Vaticano en centros de promoción de los Derechos de las personas y colectividades de todos los países del mundo.
Que invite con cariño a los paparazzi que lo persiguen a que vuelvan sus cámaras hacia la cara de los olvidados de la sociedad antes que a la de él.
Que vaya a visitar al mundo entero, pero que en todas partes use de preferencia la puerta de la gente ordinaria y no la de los reyes, y se preocupe más por la felicidad de las 99 ovejas que andan vagando en las neblinas que por la salud de la oveja gorda y viejita que dormita en el redil.
Que no se tome por Dios en la tierra, ni por el dueño de la Iglesia o del Evangelio. Que sea libre ante los tabúes sexuales, y que esté convencido de que el Espíritu de Dios está tan presente en la mujer como en el varón.
Que no dude nunca que para enfrentar las graves cuestiones que se están planteando al mundo de hoy el Espíritu es capaz de inspirar las conciencias tan brillantemente como las mejores encíclicas -tanto fuera como dentro de la Iglesia-.
En las tormentas y los naufragios, que tenga los ojos siempre puestos en el Resucitado y nos confirme a tiempo y destiempo en la fe de que la vida siempre terminará por triunfar sobre nuestras muertes y nuestras metidas de patas.
En fin, que su vida sea tal que al morirse –probablemente a los 33 años, asesinado por algún conservador tradicionalista de su entorno- se hable poco de él y mucho de Jesús, del que habrá sido, después de todo, nada más que el humilde testigo. *
El Pregonero Cristiano
* Eloy Roy. Sacerdote católico canadiense de la congregación de misioneros de Quebec, fue cura párroco en Choluteca,Honduras; Tilcara, Argentina y en China. Artículo publicado en ecupres.com.ar
Pero sí me encantaría que el fuego del Espíritu le haya grabado en las entrañas que la humanidad no va a poder salir adelante mientras no libere a todos los pobres, oprimidos y excluidos del mundo, y que, desde la creación hasta el fin del mundo, ésta ha sido, es y será la voluntad de Dios.
Que de su boca no salgan más discursos sobre el amor y la paz que sobre la justicia y la libertad. Que no sea ni fanático ni directivo, que tenga un buen sentido del humor, sea alegre, creativo y audaz.
Que rechace la monarquía, no viva en palacios, tire a las ortigas las últimas elegancias del Imperio de Roma, se vista como los simples mortales y transforme a las embajadas del Vaticano en centros de promoción de los Derechos de las personas y colectividades de todos los países del mundo.
Que invite con cariño a los paparazzi que lo persiguen a que vuelvan sus cámaras hacia la cara de los olvidados de la sociedad antes que a la de él.
Que vaya a visitar al mundo entero, pero que en todas partes use de preferencia la puerta de la gente ordinaria y no la de los reyes, y se preocupe más por la felicidad de las 99 ovejas que andan vagando en las neblinas que por la salud de la oveja gorda y viejita que dormita en el redil.
Que no se tome por Dios en la tierra, ni por el dueño de la Iglesia o del Evangelio. Que sea libre ante los tabúes sexuales, y que esté convencido de que el Espíritu de Dios está tan presente en la mujer como en el varón.
Que no dude nunca que para enfrentar las graves cuestiones que se están planteando al mundo de hoy el Espíritu es capaz de inspirar las conciencias tan brillantemente como las mejores encíclicas -tanto fuera como dentro de la Iglesia-.
En las tormentas y los naufragios, que tenga los ojos siempre puestos en el Resucitado y nos confirme a tiempo y destiempo en la fe de que la vida siempre terminará por triunfar sobre nuestras muertes y nuestras metidas de patas.
En fin, que su vida sea tal que al morirse –probablemente a los 33 años, asesinado por algún conservador tradicionalista de su entorno- se hable poco de él y mucho de Jesús, del que habrá sido, después de todo, nada más que el humilde testigo. *
El Pregonero Cristiano
Antes de ver Eva que estaba colo
ResponderEliminarcado en en blog...Acababa de
leerlo en el "Pregonero Cristiano",
me quede pensando en el P.Eloy Roig. No esta ni bien ni mal lo que
el opina. Pero desde ya,que no
penso que la Historia de la Iglesia no la podemos cambiar. Por otra parte, no solo se es Papa, sino que tambien se ejerce el cargo
de Primera Autoridad del Estado Va-
ticano. Ese es cargo politico. Donde queda el protocolo???
En San Pablo, hablamos mucho de es-
te tema, si bien los sacerdotes alli son muy liberales, que me en-
cantan y hoy, tienen mucho mas lle-
gada a los fieles; si no hay autoridad en la Iglesia, seria un
"aquelarre", en una palabra, esta-
riamos sin direccion. No olvides que yo lo vivo a diario en mi en-
torno evangelico y es lamentable.
ETELVINA
Al releer mi comentario. Debo hacer
ResponderEliminaruna aclaracion, de manera que se entienda lo que quiero decir:
Donde dice: Que "no pienso que la Historia de la Iglesia...etc.etc.
Debo decir:"Pienso que la Historia de la Iglesia, no la podemos cambiar". Es mas, estoy segura.
Es solo una palabra, pero cambia totalmente el sentido de lo que deseo expresar.
Perdon por el error!
ETELVINA
EXCELENTE, EXCELENTE !!!!!! La historia antigüa no la podemos cambiar, es cierto como dice Etel, pero la historia, de ahora en más, tal los acontecimientos que estamos viviendo del hambre de la gente, sí y si bien tenemos que tener, por supuesto, una guía para que aglutine, esa guía debe ser más humilde, adaptarse a las circuntancias y estar más cerca de la gente que del boato. Por lo menos yo lo veo así.
ResponderEliminarElsa Lorences de Llaneza