Había una vez, en la
ciudad de Barranqueras, provincia de Chaco, que en idioma quechua significa
“lugar de cacerías”, un barrio bien bonito llamado UCAL. El nombre le venía en
recuerdo de la Cooperativa
de Algodoneros que existió allí hacía muchos años.
Había también una
escuela más que bonita que llevaba el número cuatrocientos treinta y tres.
Asistían a ella más de trescientos niños y todas las actividades que se
realizaban eran en orden a reafirmar la identidad, la solidaridad y el sentido
de pertenencia.
Cierta vez los
maestros de los dos grados superiores: (Susana, Analía, Claudia, Cristina y
Martín) programaron una visita al Museo
del Hombre Chaqueño, todo eso porque a los niños de otra escuela, ubicada en el
Barrio ”Dos de abril”, también de Barranqueras
se les ocurrió contar las aventuras del Pomberito local y una escritora
de Chascomús la hizo libro.
-Sería hermoso que
también nosotros tengamos una historia- pensaron los chicos que en realidad no estaban muy seguros de poder crearla
sin papel o sea solamente con el pensamiento y el corazón.
Nadie imaginó nunca lo
que pasaría cierto domingo por la tarde, cuando la siesta portuaria era más
calurosa que nunca.
-II-
-Es un aguará guazú-
pensó la Seño Claudia
que era una persona muy valiente y no se asustaba así nomás, a pesar de todos
los mitos y leyendas que circulan por Barranqueras. Observó atentamente las
patas largas. Calculó la altura en ochenta centímetros y
del hocico a las
ancas poco más de un metro y sumó unos cuarenta centímetros de cola.
-Parece un aguará pero
no me da el color- dijo en voz baja.-su pelaje debiera ser rojizo, más claro en
el vientre y con una línea negra a lo largo del lomo.
En voz alta saludó al visitante:
-¡Hola, perrito!
-¡Yo no soy un
perrito!- la voz de lobo desorientó más aún a la Señorita Claudia
pero no se inmutó, al menos en apariencia.
-¿Quién sos, entonces?
-Soy un lobizón y vengo de la
Isla Santa Rosa, los pagos de Luis
Vallejos, el pescador de historias.
-¿Un lobizón?.. ¡pero si no existen!… eso es
una leyenda…
-¿Qué no existo? ¿Y yo
qué soy, chamiga?
- Es lo que no sé… de
verdad…
-Y bué… parece que la maestra
se encontró con una especie en extinción…
- ¿Especie en
extinción?... entonces sos un aguará
guazú nomás, pero negro…
- Me parece que no me
estás entendiendo ché Señorita… yo te digo que soy un lobizón y eso soy… además ese guazú es correntino, como la Montiel , dicen que
Monumento Natural… y yo soy de la isla de Santa Rosa…
-Ya me lo dijiste… y
las cosas no se repiten tantas veces… además ni color de lobizón tenés… mirá en
el Google, si querés… y el color no da…
- Mirá, Señorita, no
quiero ser descortés, pero estoy con mucho hambre y eso me pone de pésimo
humor… yo vine a buscar comida, no a filosofar sobre el ser o no ser…
- Si, pues, comida no
se le puede negar a nadie sea lo que sea… ¿Qué te puedo ofrecer?
-Yo en realidad como
gallinas, gatos, surubí, o asado que sobró de algún cumpleaños…
-Para empezar, esto es
una escuela, no hay gallinero, así que por ahí no…
-¿Quedó algo del surubí gigante que pescó el Pomberito en el otro cuento?
-Nada, se hizo todo en
empanadas y se vendieron hasta las masas que sobraron, hicimos chipá-cueritos hasta que nos cansamos…
-Veo que la escuela
está recién pintada…
- Si, fue con esos
fondos y la ayuda de los vecinos…
-Decimé, ché Señorita…
¿Y algo de asado no te quedó?...
-La última vez que
hicimos asado fue para el cumpleaños de Facundo… todo el barrio compartió en la
casa de los Ruffino y no quedó nada de nada…
-O sea que por
descarte puedo aspirar a un gato… ¿Hay gatos en esta escuela?
-¿Qué si hay?... ¡de
todos los colores y de todos los tamaños! pero no te puedo permitir que los
comas… una maestra debe enseñar a defender la vida en todas sus formas…
-¿Puedo correrlos,
entonces? Así por lo menos engaño a mi estómago…
-Para eso te puedo
ofrecer algo de ñaré que quedó del
viernes…
- ¡Ah, no, ché
Señorita! Un lobizón como yo, con el
prestigio ganado en décadas no puede terminar comiendo del fondo de una olla…
un triste ñaré…
-Decime amigo… ¿Vos lo
probaste alguna vez?
-No…
-Entonce no podés
decir que no te gusta… primero probalo…
Y el pobre animal se
animó nomás… comió hasta que las ollas quedaron limpitas…
-Cocinan rico tus
cocineras de esta escuela, ché Señorita Claudia… me parece que me voy a quedar
a vivir por aquí nomás…
- Bueno, en realidad
no sé si podrás, los chicos podrían asustarse…
-¿Tan feo soy?
-Bueno, feo lo que se
dice feo no, pero sos raramente indefinido…
-¿Volvemos al
principio? ¿No me dijiste, Ché Seño Claudia, que no hay que repetir tantas
veces las cosas? Ya te parecés a la gente de Chascomús que repite todo. Soy
un lobizón y punto… no hay nada de eso que decís vos de
“raramente indefinido”…
-Tenés razón, pero…
-Si lo decís por el
color que no te va con lo pre-existente en cuanto a imagen… ponele que soy una
excepción que confirma la regla… fijate
en la página de leyendas del NOA argentino dice: Según la creencia argentina,
el séptimo hijo varón en las noches de luna llena y generalmente si es
coincidente con viernes, se convierte en bestia alrededor de las doce de la
noche y en la madrugada vuelve a su estado natural.
-Pero también dice que
de acuerdo al historiador Raúl López, el
entonces presidente de la
Nación , Juan Domingo Perón para desvirtuar esta creencia
ordenó apadrinar a todo séptimo hijo
varón de una familia; costumbre que hasta nuestros días continúa…
-Decime, Seño… ¿qué
come ese aguará que decís vos?
- Te digo lo que dice
el Google, yo no vi ninguno: “es un animal solitario, tímido y desconfiado, que
suele cazar al anochecer y durante la noche. se alimenta por lo general con
pequeños mamíferos y aves, además de vegetales. Para ello captura ranas,
lagartos, víboras, cuises, armadillos o
insectos. También persigue aves, devora sus huevos y come distintos frutos y
raíces.”
-Mirá que me la hacés
complicada, ché Señorita, yo ni loco comería todo eso. Está bien que yo quiera
ser un lobizón informado pero hilar
tan fino no puedo… es más, no debo… si quiero seguir existiendo… y hablando de
existir, ya no tengo hambre pero te tomo la palabra de que puedo correr a los
gatos…
-Bueno, pero un rato.
No más… tengo que ir a misa y debo dejar la escuela cerrada correctamente…
-III-
En ese momento pasaron
por el patio como siete gatos juntos., de colores y pelajes bien diversos. El lobizón los miró… calculó la distancia y
arrancó en tercera… Fue tal el desparramo que se armó que parecía un evento
chamamecero… Perseguidor y perseguidos dieron tantas vueltas alrededor del
mástil que terminaron mareados… vino pausa y luego otra corrida que terminó en
la sala de plástica donde la Señorita Melisa
atesora colores, pinceles y todas las obras que realizan sus alumnos durante el
año.
-Bueno, amiguito, ya
es suficiente… te dí permiso sólo para
correr un poco a los gatos, no para hacer desastres en las aulas y menos con la
artística. Los chicos tienen que hacer murales para las galerías antes de la fiesta
de fin de año.
-¿Murales?... ¿qué son
murales?
-Son pinturas que se
hacen en las paredes sobre un tema acordado previamente, generalmente es una
obra colectiva, donde cada integrante del grupo negocia y aporta lo suyo…
Cuando las paredes no pueden ser intervenidas, se los hace sobre una madera o
sobre un lienzo que se cuelga para decorar.
--¿Y es muy difícil
eso de pintar?
-Los chicos dicen que
no. Aquí trabajan mucho con esa expresión y han salido alumnos muy destacados…
-¿Alguno se hizo
famoso?
-Lo que se dice famoso
no, pero han marcado los recuerdos de nuestra escuela con sus obras. Algunas se
las han llevado a sus cosas y hay quienes aún las conservan a pesar de haber
transcurrido muchos años.
- ¡Qué bueno lo que me
contás, ché Señorita Claudia!... Si hasta
me dan ganas de pintar aunque con las uñas que
tengo no podría manejar el pincel…
-Uno nunca sabe,
amigo, de lo que es capaz hasta que lo intenta- dijo la Señorita que para ese momento
estaba encariñándose con el extraño visitante. Si la Directora y la Vice tuvieran que evaluarla
en esta actitud docente hacia el lobizón
le reconocerían la autoridad y eso le daba cierto alivio, pero no tenía muy
claro cómo terminarían los acontecimientos de ese domingo tan especial. El
Señor Martín le diría que lo deje fluir nomás y la Señorita Cristina
sería de no preocuparse y que ocurra lo que Dios quiera. Todos tendrían razón
pero esto de verse frente a frente con un lobizón
no se le desea a nadie. Aunque éste parece demasiado bueno para la fama
conseguida con o sin mérito.
-Bueno, bueno, ahora
vamos a poner cada cosa en su lugar y yo te aconsejo amiguito que no te hagas
ver demasiado por estos lados, no sea cosa que los chicos se asusten y con lo
que cuesta la asistencia perfecta ni lleguemos a lo mínimo si se enteran que
hay un lobizón en el Barrio UCAL y
que tiene su refugio en la escuela.
-No te preocupes, ché
Señorita, vos has sido muy paciente conmigo. No te prometo dejar de hacer travesuras
porque en algo
tengo que ocupar mi tiempo, pero
no me dejaré ver por nadie.
Así fue, el lobizón de UCAL no se vio más, pero la Señorita Claudia
supo de qué se trataba cada lunes cuando aparecía un muralito nuevo en las galerías, con la flora y fauna lugareña como tema. De la sala de
plástica desaparecían algunos colores pero lo extraño era que los pinceles no
parecían usados.
-¿Cuál es el misterio
de la escuela del barrio?- Comenzaron a preguntarse los vecinos que veían
pinturas cada vez más hermosas y sin autor.
No había respuestas
posibles.
Sólo la Señorita Claudia
tenía una sospecha y le pareció ver varias veces al Lobizón de UCAL detrás del mástil, con una gran sonrisa y
haciéndole señas de que guardara silencio.
Colorín
verde y azul
los
cuentos se parecen
en
Barranqueras
y
en Chascomús.
¶¶¶
GLOSARIO
Aguará guazú, del guaraní, lobo rojo.
Chaco, del quechua, lugar de cacerías.
Chamamé: Es el
baile popular de pareja, típico de Corrientes y extendido a todo el Nordeste.
Los estudiosos rescatan dos significados: "estar en la lluvia con el
alma" y "constante dador de sombras"
Chamigo: mi amigo
Chascomús, vocablo pampa, entre aguas saladas.
Chipácuerito: (torta
frita) -Es una masa colgada y fina, hecha con harina de mandioca y cocida sobre
una plancha o frita sumergida en aceite.
Ché: mi
Lobizón: El
Luisón' (del Guaraní: luisõ), -Lobizón, Luisito, Juicho, Luisón o Luisõ, hacen
referencia a un posible hombre lobo, que suele ser el séptimo hermano.
Ñaré: fuego, en lengua abipón
En el caso de este cuento, fondo de cocción o raspa de la olla.
Surubí: (voz
guaraní, sin traducción del nombre) -llamado el tigre del Paraná.. Pez de agua
dulce que mide hasta dos metros de largo, de cuerpo estilizado y cabeza grande;
su carne es blanca y compacta, y su piel es de color pardusca con distintas
tonalidades.
Pomberito (sólo de Barranqueras).
Pombero: duende de la mitología guaraní. Muy popular en
Paraguay y en las provincias de Corrientes, Misiones, Formosa y parte del Chaco
en el Noreste Argentino. Se lo conoce también con otros nombres: Pÿragué (‘Pies
peludos’) Karaí Pyhare (Señor de la
Noche ) Kuarahy Jára (Dueño del Sol, tal como se lo conoce en
el mito mbyá del sur del Brasil) Cho Pombé (‘Don Pombero’)
¶¶¶
Este cuento está
inspirado en el ejercicio de Taller Literario oral realizado con los niños y
docentes de la Escuela N °
433, de la ciudad de Barranqueras, provincia de Chaco, en noviembre de 2016, en
ocasión de la apertura del Mes de las Letras.
Se agradece al
escritor Julio Ruffino por su aporte para el glosario y a Irene Larcher, la
abuela cuenta cuentos su colaboración en la actividad.
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