3/5/17

PREMIO NACIONAL MARÍA ISABEL PLORUTTI

UNA LÁGRIMA POR UNA SONRISA



Jazmín siempre fue una niña alegre y dulce, de aquellas capaces de cambiar una lágrima por una sonrisa, y de regalar un beso para curar una herida.
Disfrutaba mucho de caminar entre las flores, esconderse tras los árboles, e inventar cuentos de hadas bajo la luz del sol. Pasaba noches y días jugando con sus amigos, cantando canciones y bailando en rondas celestes envueltas de luz y de magia.
Sabía vivir intensamente cada momento, y las horas y los días, y las semanas y meses, se le hacían cada vez más largos.
Pero un día de esos días, tormentosos y aburridos, en los que los duendes salen a regar las plantas, y las ranitas salen a cantar sus mejores melodías... algo inesperado sucedió:
Los pájaros guardaron sus cantos en un cofre, las mariposas se quitaron los colores de las alas, y el viento se acercó a los madereros de alguna cabaña para calentarse las manos.
Ideas y más ideas, daban vueltas en la mente de la niña, pero no se le ocurría ningún juego entretenido para pasar el día. Pensó, pensó, y pensó... tanto pensó, que pensativa se quedó dormida...
Viajó sobre las nubes, visitó el castillo del rey sol, recogió estrellas en una bolsita, tocó con los grillos en una orquesta, y el tiempo se pasó tan pero tan rápido, que cuando quiso acordarse llegó fin de año, y sonaron las campanas, anunciando el comienzo de la navidad.
Jazmín no conocía de árboles con luces, ni de mesas con golosinas, y mucho menos de juguetes, porque sus padres no tenían para comprarlos.
Conoció muchos niños, jugaron a lanzarse pompas de nieve, comieron felices caramelos de todos los sabores y colores, y esperaron con ansiedad la llegada de Papa Noel, que llegó en un carro tirado por ciervos con bonetes colorados, y rió... ¡Rió como nunca había reído! ¡Juntó paquetes con moños elegantes! y por vez primera en sus 5 añitos de vida conoció lo que era la navidad...
Se sintió feliz, tan feliz se sintió, que en un brinco de alegría despertó. Una desilusión invadió sus ojitos con lágrimas azules, pero luego reflexionó y se dijo “Fue la navidad más bella que pude haber conocido” y entonces Jazmín, cambió una lágrima por una sonrisa.

Justina Cabral
Mar del Plata

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