ELSA LUJÁN BELLOTO: promesa y realidad.

La poesía de Elsa Luján Belloto pertenece a las producciones que nos gusta llamar "de la tercera edad".

Son las obras que nacen cuando el espíritu se ha aquietado. Cuando las cosas del mundo dejaron de tener prioridad y el espíritu expresa las huellas que la vida ha dejado en él.

Elsa es una promesa y es una realidad que se irradia desde la localidad de Castelli, provincia de Buenos Aires.

Promesa porque sus versos quedarán como una ofrenda generosa para los lectores del futuro, v los que recorran los ejemplares del archivo de la Liturgia Cotidiana en donde hicieron nido por sugerencia del Padre Hernán Pérez Etchepare, a quien ella admira particularmente. Quedarán en nuestra Antología y en la suya personal que Dios mediante publicaremos el año que viene.

Realidad porque aquí y ahora nos está dando un ejemplo de lo que puede la voluntad humana ante la adversidad de una enfermedad que le impide salir de su casa pero que en modo alguno la priva de la comunicación permanente con sus amigos y vecinos.

Aquí uno de sus versos, que en el acto de entrega leyó con su voz maravillosa, la Señorita María Cristina Ponzi.

LAS MANOS

Hay manos pequeñas y primorosas
como pimpollos de rosas
torpes y grandes de tanto trabajar la tierra.
Hay manos que dan
y manos que se estiran para recibir,
manos que manejan mucho dinero
y otras que se extienden suplicantes.
Hay manos que acarician
y manos que golpean.
Manos que ofrecen y otras que imploran.
Hay manos que ejecutan bellas melodías,
escriben cuentos y poesías
y otras que dejan pasar la vida.
Hay manos que conducen
y otras que ofenden.
Manos que guían
y otras que empujan con furor.
Hay manos sangrantes y maltrechas
como las de Cristo en el Calvario
y otras como las de María unidas
suplicantes con fervor.
¿Cuáles serán las mías?
Te toca a Ti decirlo, Señor.