Fue una tarde de magia, alegría y emoción.
Elsa Lorences estuvo genial en su conducción.
El padre Hernán Pèrez Etchepare, director de varias publicaciones católicas, se reveló como una maravilla de persona y como un verdadero poeta.
Lis Anselmi, brillante en su humildad. Sus fotos magníficas. Colaboradora incansable del Café del Abrazo Literario.
Los autores presentes, superemocionados.
El resto estuvo presente espiritualmente y todos recibieron un aplauso desde el corazón.
Belén Ortega Crubellier fue la fotógrafa más joven ( trece años). Ya verán las imágenes.
Le contamos al Licenciado Orlando Bravo Jesús que su querida ciudad de Huánuco se llevó un calurosísimo aplauso.
Etelvina ( de la República del Paraguay) hizo llegar su mensaje que leyó Lis Anselmi.
Cristina Ponzi leyó la obra de ELsa Luján Belloto de la localidad de Castelli.
Tanto Etelvina como Elsa no pudieron asistir por razones de salud.
Las otras ausencias tuvieron su razón en la distancia. Ya les llegará el libro por vía postal.
Rosana Ortiguera quiere presentar la antología en su pueblo que se llama Maipú. Le daremos el gusto. Imposible negarle algo.
Junto con Paola L. de Killian estuvo su esposo Aldo, uno de los más importantes artistas plásticos de Chascomús.
El descubrimiento, la perlita de las revelaciones, se llama Pascuala Pilla y tiene 76 luminosos años.
Las peques del evento fueron Sandra Ávila y Andrea Feminella.
La sorpresa sorpresa se llama Silvia Rotger.
El romántico pero tímido para leer fue GUIRROMA.
Emoción más emoción despertó el mensaje de Jorge Correa Morales acompañado sus catorce nietos.
Graciela Romero Sosa y sus haikus navideños pusieron la cuota de ternura.
Impecable como siempre, María de las Mercedes Rodríguez Sáenz, leyó su poema en homenaje al maestro Abreu, ganador del premio Príncipe de Asturias 2008, creador de las Orquestas juveniles en Venezuela, como medio de promoción social de los niños pobres de su país y de otros países de América Latina.
Lo que falta a la presente crónica lo iremos haciendo juntos en las próximas entradas.
Eva Lucero de Ortega
Eva querida: feliz por haberte conocido, por la entrega de las Antologías y por haber formado parte de ella. Agradezco a Dios a la Virgen esta inmensa felicidad en la que vos tenes muchisimo que ver. Voy a hablar con la Directora de Cultura para traer la Antología y presentarla aca en Maipu. Séría otro sueño cumplido, te mando besos y mil bendiciones!!!
ResponderEliminarRosana de siempre.
ya exprese en otro comentario,y apesar de mi timidez,todo lo que EVA y sus acompañantes nos brindaron,UNA GRAN BONDAD,UN SENTIDO DE EXPLICITO DE LAS TRES VIRTUDES TEOLOGALES.
ResponderEliminarMI ADMIRACION,CARIÑO,Y RESPETO.
GUIRROMA
Gracias Eva por esta Antología tal linda y por haberla presentado en el Café, fue realmente una fiesta!
ResponderEliminarLis
Qué lindas están las fotos!!!son el recuredo de lo que vivimos allí en el Café del Abrazo Literario.
ResponderEliminarGRACIAS a TODOS los que hicieron posible que esta ANTOLOGIA salga a la luz y nos ilumine en nuestro Encuentro con Dios, con las Letrasy entre nosotras.
Un abrazo fraternal
Maria del Carmen
el timido guirroma,esta buscando su fotito y no la encuentra.
ResponderEliminargracias.
que cosa este muchacho
Buenisimas las fotos, es un poco como haberme acercado alli, el Sabado del Encuentro del Cafe.
ResponderEliminarGracias por ellas y una vez mas por haber confiado en mi y en ese don maravilloso que me ha regalado el Senior para estos tiempos de anioranza y lejania.
ETELVINA
Eva, cuando por iluminación de Dios te propuse entregar las Antologías en el "Café del Abrazo Literario", en vez de que las enviaras por correo, nunca imaginé la maravillosa tarde que íbamos a pasar. Realmente este regalo que nos hizo el Señor no tiene precio. Quiero agradecerte muchísimo y decirte que sos muy generosa y que tu dulzura y calidez me conquistaron. Que Dios te bendiga y que este sea un principio de unión entre poetas, para que el mundo sepa que los hombres no se olvidan de la poesía, porque si se olvidaran de la poesía, se tendrían que olvidar del Amor y de la vida. Elsa Lorences de Llaneza
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