8/1/11

RECIBIMOS Y COMPARTIMOS

Nazareno, Catedral de Chascomús, Foto Eva Lucero de Ortega

Amigos, esta pequeña poesia mia es solo para compartir con Vds. ,
me inspiré no solo en el Vía Crucis sino también en los cruzados y templarios que adoro,
cuando su lema era ''tomar la cruz'' para combatir,
un abrazo, Ezequiel

VITAE CRUCIS

Cuantas veces como el Cireneo
con paz caminamos por la vida
y se nos impone llevar el pesado madero
quejandonos sin ver a nuestro lado, el ajeno sufrimiento

Nos quejamos de nuestras cruces
pero ni notamos la mas pesada,
Si solo viesemos Su firme mirada
nos encandilarían mas de mil luces

Como la Veronica con su manto
tengamos compasión por su atormentado cuerpo
y como recompensa, El imprimirá su rostro
no solo en un simple lienzo
sino en nosotros, haciendonos SU Templo

Jesus Señor Nuestro,

Como tu fortaleza ante el dolor
para no lastimar mas a María
haz que a cada caida digamos :
Puedo levantarme con fuerza cada día

Si se reparten mis vestiduras
pensaré que al mundo asi llegué,
y si los clavos me atraviesan
tus llagas recordaré

Si odio a mis enemigos
ayudame a entenderlos
y si pido perdon para ellos
que sea por autenticos sentimientos

Y una vez bajado de mi cruz, con el dolor del silencio
que nadie me llore, pues aquel que vive en Vos
un tesoro ha reservado en el cielo.


Ezequiel Toti - 2006 Buenos Aires

2 comentarios:

  1. Felicitaciones al autor por haber
    interpretado tan bien lo que signi-
    fica cargar con nuestra cruz cada
    dia. Sencillamente agregaria que
    tratemos de imitar a Maria quien en
    silencio y sin nada entender lleva-
    ba todo en su corazon. Que nosotros
    tambien podamos al caer levantarnos
    todas las veces, mirando al Nazare-
    no para volver a comenzar.
    En este anio 2011, vivamos mas que nunca abrazados a la Cruz...!
    Esa imagen del Cristo, ejerce una fuerza poderosa en mi!!! Gracias
    Eva y Ezequiel.
    ETELVINA

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  2. Este poema me hizo recordar aquel cuento de un pobre hombre que le pedía a Dios que le cambiara su Cruz porque la sentía muy pesada. Dios lo llevó a un cuarto y le dijo: "Elige la que quieras, yo te la cambio". El hombre miró las cruces y vio que la más chiquita era la suya. Entonces contestó: "Perdóname Señor, no supe discernir que la mía era la más débil me quedo con ella". Felicitaciones al autor del poema.
    Elsa Lorences de Llaneza

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