11/11/15

PREMIO NACIONAL " MARÍA ISABEL PLORUTTI" 2015 CUENTOS Y RELATOS PARA NIÑOS.

LAS NIÑAS NO DEBEN ENAMORARSE


Marisol, ahí afuera mirándolo. Él está adentro. Y otra vez le sucede lo mismo. Se le llena de burbujas la panza y siente como si flota y ya no escucha nada. Su mamá la tironea del brazo “Vamos nena, dejá de mirar ahí”. Entonces el desánimo le gana y camina más despacio porque no quiere alejarse de donde está él. Y su mamá la vuelve a tironear del brazo “Dale, caminá más rápido que se hace tarde”. A ella no le interesa llegar temprano a ningún lado, solo quiere volver a ese negocio. Aunque no entre.
Marisol no es muy alta, tiene pequitas en los pómulos, unos labios bien delineados y rosadísimos. Ahora la mirada es triste, solo se le encienden los ojos cuando lo ve. Él es un poquito más grande que los demás, que los que están siempre con él, también más gordito. Parece que eso es lo que le atrae a Marisol, que sea gordito.
Desde que lo conoció piensa y requetepiensa en él y suspira. Y de esos días no atiende en la clase y la maestra “Marisol, dejá de abrir la jaula a esos pajaritos que tenés en la cabeza”. ¡Plof! Ella vuelve a caer en su banco y continua con su tarea, pero paso un ratito y piensa y requetepiensa y suspira. Así no aprende las tablas ni las reglas ortográficas. La señorita Rosa avisa a su mamá que Marisol vuela por las nubes en la hora de clase que a lo mejor tiene algún problema o que tiene parásitos o quizás está anémica. Pero la mamá “¿Problemas? No, ninguno. ¿Parásitos, anémica? Ya le hicimos los análisis y está todo normal”. La maestra está preocupada porque Marisol no es así, a veces parece que se duerme sobre su banco, y es cuando ella piensa y requetepiensa y suspira. Ya no sale a jugar al recreo porque cree que de esa manera la hora pasa más rápido y entonces a la salida de la escuela se apura y brinca y abraza riendo a su mamá que la está esperando. Se van juntas y adelanta el paso y su corazón “Tuctuc,tuctuc,tuctuc,tuctuc” y cuando llega al negocio, Marisol se detiene bruscamente frente a la vidriera y lo mira. Y entonces otra vez el burbujeo en su panza y ¡Plof! cuando siente el tirón en el brazo “Apurate que tengo que hacer la comida” y de nuevo el desánimo.
Y ahora tiene ojeras y la maestra ya no le dice nada y sigue dando clase, pero su amiga Belén está intrigada porque no entiende qué sucede que está mal durante la clase y a la salida se alegra y le da un empujoncito para que ella baje de su ensoñación y ¡Plof! “Ehh, qué te pasa ¿por qué me empujás?, “¿A vos qué te pasa? Parece que tenés pajaritos en la cabeza”. Y Marisol entonces le cuenta al oído a Belén “Bssss, lalala, bsssss, pero no le digas a nadie”. Belén abre los ojos tan grandes que parece una lechuza “Ahh, pero vos estás enamorada, Marisol”. “Callate, porque la señorita Rosa dice que no estamos en edad para enamorarnos que recién al cumplir 12 años cuando empieza la edad del pavo ahí podemos pensar en enamorarnos. Que ahora tenemos que preocuparnos en aprender a escribir y leer bien”.
Hoy es su cumpleaños y Marisol piensa y requetepiensa y suspira. Hoy no pudo pasar por el negocio, no lo vio, pero le gustaría. Recibe muchos regalos pero prefería que esté él, que alguien lo hubiera llevado y entonces hoy no hay panza burbujeada hasta que su tía madrina:
- “Holaaaa Marisol, mi amorcito, feliz cumple, mi corazón. Mirá qué te traje”
  Marisol se pone muy colorada, demasiado colorada que las pequitas parecen sarampión; queda frita, no sabe qué decir y mira a la tía y lo mira a él, y a la tía y a él, y a la tía y a él, y a él y a él y solo a él, entonces no puede contenerse y lo abraza fuerte, lo besa sin soltarlo y… ¿quién dijo que una niña no debe enamorarse de un libro?


Myriam de los milagros Galante
Resistencia
Pcia. de Chaco

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